
No sé si es que en estos tiempos, la información viaja más rápido y nos enteramos de atrocidades más fácilmente o en realidad, nos hemos vuelto peores seres humanos, crueles e indiferentes ante el sufrimiento del prójimo.

Me siento indignada y triste al ver el trato que se les da a los animales, como las personas abandonan mascotas a su suerte (en el mejor de los casos) o los matan de la forma más cruel que puedan imaginar.
Entiendo perfectamente que la mayoría de nosotros crecemos en hogares donde el consumo de la carne es algo cotidiano, jamás se nos enseñó que existiera otra opción, porque incluso nuestros padres no lo sabían.
Estamos tan desconectados de nuestro planeta, que olvidamos el origen de lo que consumimos, de lo que implica comer tal o cual cosa. No nos detenemos a pensar en el proceso que tienen los productos de belleza que usamos diariamente o de la ropa que compramos a precios ridículos y la forma en que su producción afecta al planeta.

Hemos perdido como sociedad. Hemos sido derrotados por el lado oscuro de la naturaleza humana. Hemos decidido voltear la mirada, porque es más sencillo que luchar por la justicia.
Yo siempre he creído, que cada persona tiene el potencial de ser bondadosa, compasiva, humilde y caritativa y al mismo tiempo tiene el potencial de ser egoísta, soberbia, cruel y despiadada... por qué, si podemos elegir, elegimos la segunda? Es que acaso nuestra consciencia esta dormida?
Como es posible, que ante la menor provocación, decidamos agredir a nuestros semejantes? Por qué buscamos confrontar en vez de educar? Por qué elegimos ser ignorantes y dejarnos llevar por lo que nos muestra la televisión que leer un libro?

Cada vez que salgo con mi familia a comer, veo la carta y prácticamente todos los platillos contienen carne. En ese momento, me pregunto si estoy haciendo lo correcto. Acaso no sería mucho más fácil pedir algo del menú y disfrutar de un rico corte de carne? Cada vez que pienso esto, siento como mi voluntad flaquea, quiere tirar la toalla.... pero mi consciencia no me deja salir del camino, ella me recuerda que esta decisión fue la correcta, que este es uno de mis granitos de arena para ayudar a hacer del planeta un lugar mejor.
Y a pesar de toda la decepción, a pesar de tener que ser testigo de las injusticias que se cometen día a día, elijo seguir adelante, elijo seguir el camino de la compasión y de la empatía hacía todos los seres vivos.
Todos los días elijo no usar el claxón de mi coche, ceder el paso a los peatones, compartir mi comida con mis compañeros de trabajo, tratar con respeto a todas las personas con las que convivo. Cada día elijo ser una mejor hija, hermana, compañera, amiga. Cada día elijo ser una buena persona, porque pienso que el día que tenga hijos, quiero poder predicar con el ejemplo, quiero poder decirles que he obrado bien en mi vida y que con eso, ellos también elijan ser buenas personas.
Tal vez suene utópico, pero desde el fondo de mi corazón creo que es posible porque estoy segura de que no soy la única persona que piensa así. Si me estas leyendo, estoy segura que por alguna razón llegaste a esta página y eso quiere decir que piensas diferente.
Habla con tu consciencia, analiza tus acciones diarias y date cuenta, de que podemos hacer un esfuerzo más por ser buenas personas todos los días.
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